Mirando el fondo de congelador, estaba dando vueltas y vueltas pensando en que iba a hacer de comer. Al fondo de uno de los estantes había un tuper que despertó mi curiosidad, porque ya lo había dejado de lado unas cuántas veces, por no saber lo que había dentro. Así que lo descongelé y eran unas costillas de cerdo a trozos.
Así que miré la nevera y lo único que se me ocurrió y no vi ningún ingrediente (ni agradable ni desagradable, vamos que tenía la nevera pelada) con el que acompañar a las costillas. Pero si que tenía vino tinto, cebolla y tomate frito, con el que hacerlo estofado.
Ingredientes (4 personas):
750 gr. de costillas de cerdo troceadas
una cebolla grande
medio vasito de vino tinto
250 gr. de agua
aceite para sofreír la carne
dos cucharadas de tomate frito
una pastilla de caldo
tomillo
Preparación:
1.- En una olla ponemos a calentar el aceite suficiente para sofreír la cebolla.
2.- Mientras se caliente el aceite, vamos cortando muy fina la cebolla, que echaremos en el aceite caliente y pocharemos a fuego medio.
3.- Cuando veamos que se va dorando la cebolla, añadimos las costillas y seguimos sofriendo de 5 a 10 minutos.
4.- Una vez sofrito, añadimos el vino tinto y el tomate frito y lo mezclamos bien.
5.- Añadimos el agua, la pastilla de caldo y un poco de tomillo y dejamos cocer de 30 a 40 minutos, a fuego medio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario