Bueno, bueno, más típico imposible de la Semana Santa. Hay muchas variedades de torrijas. Las hay de miel, de vino y las hay que en vez de hacerlas con pan, las hacen con rebanadas de toña.
Yo las hago como las hacía mi madre, con la barra de pan que queda sobrante de dos días atrás y hacen las delicias de mis chicos y de toda la familia, y es como las de la Abuela Luisa, ninguna jajajaja. Vamos!!
12 rebanadas de pan (barra ancha)
300 gr. de leche (o un poco más depende de lo que empape el pan)
125 gr. de azúcar
una rama de canela
una corteza de limón
aceite abundante para freírlas
1 ó 2 huevos para rebozarlas
azúcar y canela en polvo, para espolvorear
Preparación:
1.- En un bol mezclamos azúcar y canela en polvo y reservamos. Cortamos el pan a rebanadas de unos 2 cm. de grosor, aproximadamente. El pan tiene que ser de un día o dos anterior al que vayamos a hacerlas, para que empapen bien la leche.
2.- En una olla ponemos el resto de los ingredientes y lo llevamos a ebullición a fuego medio y moviéndolo de vez en cuando.
3.- Mientras cuece la leche, ponemos en una bandeja honda las rebanadas de pan.
4.- Una vez que la leche a hervido, separamos la rama de canela y la corteza de limón y volcamos la leche en la bandeja donde están las rebanadas de pan.
5.- Ponemos una sartén con abundante aceite, a calentar.
6.- Batimos el huevo y empezamos a rebozar las rebanadas de pan, empapadas en leche.
7.- Cuando este el aceite bien caliente, empezamos a freír cada una de las rebanadas, que iremos depositando en un plato preparado con papel de cocina, para que escurra el aceite y no queden muy aceitosas.
8.- Pasamos las torrijas a otra bandeja y espolvorearemos con la mezcla de azúcar y canela, que hemos preparado previamente.