En casa nos gusta mucho la fabada y de vez en cuando la hacemos. Tenemos un recuerdo estupendo de un viaje que hicimos por Asturias y nos acordamos de un sitio genial en el monte, donde creo que he comido la mejor fabada de mi vida.
El pueblo se llama El Mazuco, en el concejo de Llanes y nos lo recomendó la familia de la casa rural donde nos hospedamos.
Allí nos comentaron que el origen de esta comida está en una especie de cocido que se hacían los pastores en el monte, que les hicieran combatir mejor el frío de la montaña.
Dicen que las mejores fabes son las de la Granja, yo les pongo las que compro en el mercado a peso, o en el súper. Os recomiendo que las dejéis en un bol con agua fría en remojo durante la noche anterior. No es necesario echar sal a la hora del remojo. Al día siguiente las escurrimos y apartamos hasta el momento de prepararlas.
500 gr. de fabes o judías blancas
250 gr. de panceta
2 chorizos asturianos
2 morcillas asturianas
una cebolla
una cabeza de ajos
hueso de jamón (si tenéis)
agua
sal (al gusto)
azafrán
Preparación:
1.- Añadimos en una cazuela las fabes o judías con el agua de remojo y le añadimos, si hace falta, hasta que las cubramos unos dos dedos por encima.
2.- Ponemos las judías a calentar a fuego alto y cuando empiece a hervir añadimos la cebolla, los ajos, la panceta, los chorizos, el hueso de jamón y las morcillas (previamente pinchadas para evitar que revienten y se esparzan por toda la cazuela).
3.- Espumamos el caldo como el cocido, para desgrasarlo y bajamos el fuego, a fuego medio.
4.- Añadimos el azafrán y comprobamos el punto de sal. Yo no suelo ponerle, porque con todo lo que lleva ya está bastante sabroso.
5.- Vamos removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera y dejamos que se cocine lentamente.
6.- Añadimos agua fría un par de veces para “asustar” las judías para que se cuezan mejor.
7.- Al cabo de un par de horas, comprobamos que las judías estén cocidas y si es así, apagamos el fuego y lo dejamos reposar.
8.- Sacamos los chorizos, la panceta y las morcillas en un plato y los partimos a trozos y los reservamos.
9.- Emplatamos en un plato hondo en el que pondremos como base las judías y añadiremos los trozos de carne que hemos reservado antes.
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