La dorada es uno de los pescados más saludables de los que encuentro en el mercado. Además es uno de mis imprescindibles para hacer en el horno, ya que así mantiene todo su sabor y sus propiedades. Cuando voy a la pescadería procuro que las descamen, les quitan las tripas y me las abran por la mitad, para solo lavarlas y dejarlas escurrir. Dependiendo del tamaño que encuentre, suelo poner una para cada comensal si son pequeñas y si son grandes, las compartimos.
Ingredientes (para 4 personas):
4 doradas pequeñas
una cebolla mediana
un tomate grande
media cabeza de ajos
aceite de oliva
un vaso de vino blanco
un vaso de agua
sal
pimienta negra molida
Preparación:
1.- Precalentamos el horno a 200º
2.- Mientras en una bandeja de horno, vamos colocando las doradas que salpimentamos.
3.- Ahora las regamos con un poco de aceite de oliva.
4.- Pelamos la cebolla y la cortamos en juliana para ir colocándola por la bandeja. A los ajos, les haremos un corte por la mitad, para que se cocinen bien. Al tomate, que previamente hemos lavado, lo hacemos en rodaja y lo colocamos encima de cada dorada.
5.- Echamos el vino blanco por encima de las doradas y después, haremos lo mismo con el vaso del agua.
6.- Metemos en el horno entre 20 y 25 minutos, dándole la vuelta a la dorada unos 10 minutos después de haberlas metido, para que se cocinen bien por ambos lados. La regaremos con el jugo que queda en la bandeja para que no se seque y quede jugosa.
7.- En otra bandeja, he preparado unas patatas de río, para que se hagan en ese mismo calor y que van a acompañarlas como guarnición.
8.- Terminado el tiempo las sacamos del horno y emplatamos.
Bon appètit
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